Amuleto. China, Dinastía Qing, siglo XX.
Jade blanco tallado.
Medidas: 3,5 x 8 x 1,5 cm.
Amuleto realizado en jade tallado con la forma de dos patos que se unen entre sí por el pecho. El jade (nefrita) es utilizado en China desde el Neolítico, al principio trabajado por abrasión y más tarde mediante talla. Ya desde antiguo tenía un valor equivalente al que se otorga en Europa al oro, la plata o las piedras preciosas. Ya desde época prehistórica es en China el material funerario por excelencia, y también otorgaba estatus, dado que era el material utilizado por los poderosos. Era por todo ello un material del que se creía que protegía en vida, y de ahí que se utilizara para la realización de amuletos, ornamentos o cuchillos rituales. Además es asociado con las cinco virtudes: caridad, por su lustre que brilla pero no deslumbra; rectitud, por su transparencia, que revela las vetas; sabiduría, por su pureza y su sonido; valor, porque se rompe pero no se pliega; y justicia, porque sus bordes afilados no hieren.
Jade blanco tallado.
Medidas: 3,5 x 8 x 1,5 cm.
Amuleto realizado en jade tallado con la forma de dos patos que se unen entre sí por el pecho. El jade (nefrita) es utilizado en China desde el Neolítico, al principio trabajado por abrasión y más tarde mediante talla. Ya desde antiguo tenía un valor equivalente al que se otorga en Europa al oro, la plata o las piedras preciosas. Ya desde época prehistórica es en China el material funerario por excelencia, y también otorgaba estatus, dado que era el material utilizado por los poderosos. Era por todo ello un material del que se creía que protegía en vida, y de ahí que se utilizara para la realización de amuletos, ornamentos o cuchillos rituales. Además es asociado con las cinco virtudes: caridad, por su lustre que brilla pero no deslumbra; rectitud, por su transparencia, que revela las vetas; sabiduría, por su pureza y su sonido; valor, porque se rompe pero no se pliega; y justicia, porque sus bordes afilados no hieren.