Escuela española; siglo XVII.
“Santa Águeda de Catania”.
Madera tallada.
Conserva restos de policromía.
Presenta importantes faltas en la talla.
Medidas: 74 x 19 x 21 cm.
Escultura de bulto redondo que representa a una joven atada a un árbol con el pecho seccionado de tal modo que se trata de la representación devocional de Santa Águeda de Catania fue una joven siciliana que vivió durante el siglo III. Quintiliano, al no poderla persuadir para que ofreciera sacrificios a los dioses, a hizo conducir a un prostíbulo administrado por la cortesana Afrodisia, para que se la sometiera a una violación ritual. Pero, al igual que santa Inés, conservó la virginidad milagrosamente. Después, en prisión, el prefecto la amenazó con azotes, la ató a una columna cabeza abajo y le hizo arrancar los pechos con tenazas. Fue curada por San Pedro, que se le apareció en el calabozo. El tirano ordenó que alfombraran su celda con trozos de vidrio y brasas. En el momento de su muerte, que habría acaecido en el 251, el Etna entró en erupción.
La escultura románica persigue fines principalmente didácticos, y sus imágenes se conciben como una narración visual, que siempre debe ser claramente legible. En este momento, previo a la búsqueda del naturalismo que surgirá durante el periodo gótico, el lenguaje es puramente conceptual, y funciona a base de símbolos y convenciones aceptados por todos. En este sentido, la anatomía es sintética, representativa más que reflejo del natural, lo mismo que el tratamiento del rostro.