Escuela española; hacia 1600.
“Papa”.
Madera tallada y dorada.
Medidas: 140 x 47 x 41 cm.
Escultura barroca en madera tallada, representando con verismo y voluntad naturalista a un Papa u obispo, ricamente ataviado con túnica y manto, tocado con mitra y, probablemente, portando originalmente un báculo. La túnica se ondula con pliegues verticales por los que los juegos de claroscuros quedan realzados. El rostro sereno queda enmarcado por la mitra, de tal modo que realza la simetría con la que está concebida la figura, quien ha sido creada con un pie adelantado siguiendo los cañones de estatuaria de la antigüedad clásica.
Es interesante señalar el valor histórico de esta obra, ya que la representación de santos y religiosos prolifero durante el siglo XVII y XVIII debido a la escisión de la iglesia. A partir de la década de 1530 y dio lugar a que los decretos de la sesión final del Concilio de Trento de 1563 incluyeran pasajes breves y bastante inexplícitos sobre las imágenes religiosas, que iban a tener un gran impacto en el desarrollo del arte católico. Los concilios católicos anteriores rara vez habían sentido la necesidad de pronunciarse sobre estas cuestiones, a diferencia de los ortodoxos, que a menudo se han pronunciado sobre tipos específicos de imágenes. El decreto confirmaba la doctrina tradicional de que las imágenes sólo representaban a la persona representada, y que la veneración se rendía a la persona, no a la imagen, y además ordenaba que: “se elimine toda superstición ... se evite toda lascivia; de tal manera que las figuras no se pinten ni se adornen con una belleza que incite a la lujuria ... no se vea nada que sea desordenado, o que esté dispuesto de manera impropia o confusa, nada que sea profano, nada indecoroso, ya que la santidad es propia de la casa de Dios. Y para que estas cosas se observen más fielmente, el santo Sínodo ordena que a nadie se le permita colocar, o hacer que se coloque, ninguna imagen inusual, en ningún lugar, o iglesia, cualquiera que sea la exención, a menos que dicha imagen haya sido aprobada por el obispo...”