Cofre; España, c. 1500.
Alma de madera, terciopelo y hierro.
Medidas: 13 x 23 x 16 cm.
Cofre realizado en madera, que presenta una estructura rectangular, rematada por una tapa de base semicircular. El cuerpo de tonalidad clara, cuenta con unos pequeños apliques de hierro que delimitan los laterales de la caja, además de definir la cerradura, situada en el centro del cuerpo. El interior forrado en tela de color rojo.
Las arquetas y cofres eran empleados como el lugar perfecto donde atesorar joyas, documentos o aquellos elementos de valor del dueño. La importancia de su contenido también se reflejaba muchas veces en el exterior, por este motivo se decoraban profusamente con marquetería de maderas exóticas, piedras, hueso o marfil, eran policromados con diseños vegetales o escenas, y solían presentar aplicaciones de bronce plata o herrajes de hierro dorados. Los ajuares de los hogares constaban de pocos muebles y no sería prácticamente hasta el siglo XVIII cuando estos empiezan a diversificarse con un uso concreto y especifico. Las casas solían ser de paredes encaladas con suelos de barro y cubiertas de esteras vegetales. Este ambiente austero se ocupaba con muebles de igual modo robustos e incluso versátiles en el sentido de servir para varias estancias o ser transportados junto a su propietario.