AGUSTÍN REDONDELA (Madrid, 1922-2015).
“Plaza de la cebada”, 1950.
Óleo sobre lienzo.
Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho. Firmado y titulado al dorso.
Medidas: 76 x 85 cm; 99 x 108 cm (marco).
1950 es uno de los años más relevantes de la carrera de Redondela, ya que se trata del año en el que fue seleccionado para formar parte de la Bienal de Venecia. Adscrito a su lenguaje figurativo de tradición arraigada, su propia tierra Madrid, fue uno de los escenarios predilectos de su pintura como se puede apreciar en esta obra que tiene como protagonista la mítica plaza de la Cebada. Una zona que fue objeto de interés para Redondela que también capto en su obra lugares aledaños como “El Rastro”. En esta obra Redondela nos ofrece un paisaje sobrio dominado por una atmósfera de gran poder evocador, basada en el contraste de las tonalidades intensas y brillantes que se disponen a lo largo de todos los planos de la pieza. El autor contrasta el paisaje natural con el paisaje urbano que aparecen nítidamente recortado contra un cielo plomizo con tonos blancos. El pintor deja a un lado la descripción narrativa del paisaje para construirlo utilizando únicamente el color, muy trabajado y estudiado, y una línea sintética, expresiva y rotunda a base de gruesos trazos empastados.
Pintor de formación principalmente autodidacta, considerado uno de los paisajistas españoles más originales del siglo XX, Agustín González Alonso se formó junto a su padre, el pintor y escenógrafo José González “Redondela”. Tras la guerra civil asistió a las clases de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid con el paisajista José Ordoñez, y en 1945 envió por primera vez un cuadro a la Exposición Nacional de Bellas Artes, firmado con el seudónimo Redondela. Ese mismo año celebrará su primera muestra personal, en la galería Estilo de Madrid. Es en esta época cuando entra en contacto con la Escuela de Madrid, y en 1947 es seleccionado para exponer en el Salón de los Once de la Academia Breve e Crítica de Arte de Eugenio d’Ors. Ya en los cincuenta Redondela obtendrá una beca de la Catherword Foundation de Filadelfia (1954), el Premio Nacional de Pintura (1953) y primera medalla en la Exposición Nacional (1957). A lo largo de su carrera compaginó la pintura con la escenografía, trabajando para obras de Jacinto Benavente, Joaquín Calvo Sotelo, Dodie Smith y Peter Ustinov, entre otros. También realizó algunos trabajos como ilustrador, entre ellos una lujosa edición del “Viaje a la Alcarria” de Cela en 1978. En 1996 la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando le concedió el premio José González de la Peña, y dos años más tarde el Centro Cultural de la Villa de Madrid le dedicó una importante exposición Antológica. Actualmente está representado en el Museo de Bellas Artes de La Coruña, el del Paisaje Español Contemporáneo de Priego de Córdoba, el de Bellas Artes de Bilbao, el Camón Aznar de Zaragoza, los de Buenos Aires, Caracas y La Habana y la Casa-Museo de Oswaldo Guayasamín en Quito, entre otras colecciones tanto públicas como privadas.