Talla vestidera de Virgen morena, siglo XIX.
Madera tallada y policromada. Vestido de seda y tela con cinturón de hilo dorado. Orla de metal.
Presenta desgaste y algunas faltas de policromía en la base.
Medidas: 110 x 38 x 51 cm.
Escultura de tipología “Cap i Pota” (cabeza y pies) que responde a la iconografía de la Virgen morena. Antonio Madroñero, autor del libro "Cultura y Tradicón de las Vírgenes Negras" afirma en una entrevista para Religión en libertad "En el caso particular de España había una integración industrial con las técnicas y el comercio de Roma. Allí llegaba nuestra cerámica sigilata, procedente de la zona de lo que hoy es Linares, bajándose la mercancía por el Guadalquivir y de La Rioja, que se exportaba transportándola por el Ebro. Las vajillas de lujo del mundo romano eran de terra sigilata. Aprovechando esta técnica se paso a fabricar la primera generación de pequeñas imágenes de vírgenes negras. Utilizaban la técnica de la sigilada para conformar con escoria de hierro ablandada por el calor la parte más delicada de la figura, rostro, manos y pechera. El resto de la figura, espalda y halda, se hacia aportando, un tanto masivamente quizás, la escoria en estado pastoso, que se aplicaba a espátula".
Las figuras para vestir se usaron a menudo en procesiones, en este caso se trata de una figura destinada a la devoción privada, dado su reducido tamaño. Las partes visibles se cubren con una fina capa de estuco y se policroman, mientras que el resto queda cubierto por ropas reales. Son imágenes que gustaron especialmente por su naturalismo, ya que al llevar vestidos auténticos se conseguía un grado mayor de realismo que con las simplemente talladas, que a menudo no tenían la calidad suficiente como para alcanzar ese grado de naturalismo, tan buscado en el arte religioso desde el barroco.