y volver al lote.
27 May 2024 12:53
Gran jarrón con pavos reales, 1860-1880.
Bronce con doble pátina.
En buen estado.
Medidas: 113 x 63 cm.
Este gran jarrón se distingue por la pareja de pavos reales que despliegan ostentosamente su gran plumaje sobre el cuerpo del mismo. El detalle pormenorizado de cada una de las plumas, así como los rostros enjutos y las rígidas garras de los animales, nos hablan de la pericia del escultor, quien refleja con total veracidad el detenido estudio del natural. Estilísticamente el jarrón responde a la escultura animalística del siglo XIX, naturalista en la representación, tanto en la expresión de los animales como en los detalles de su anatomía, pelaje, etc., si bien avanza el decorativismo del Art Nouveau.
El pavo real es un poseedor de algunas de las características humanas más admiradas, y es un símbolo de la integridad y la belleza que podemos lograr cuando nos esforzamos por mostrar nuestra verdadera cara. En la historia, el mito, la leyenda, la tradición y el simbolismo del pavo real lleva presagios de nobleza, santidad, orientación, protección y vigilancia. El pavo real es un Tótem de Gloria, espiritualidad, despertar, inmortalidad, refinamiento, incorruptibilidad. En la espiritualidad China se asocia con Kwan-yin, (Diosa de la misericordia, protectora de las mujeres y niños, y de la fecundidad.) quien también es un emblema del amor, la vigilancia, la compasión, la buena voluntad, la crianza, y amabilidad. La simbología del pavo real es larga, ya que su majestuosidad llamó la atención del hombre ya en épocas pasadas. Aunque se le asocie con el concepto de vanidad, el pavo real es, en casi todas las culturas, un símbolo solar relacionado con la belleza, la gloria, la inmortalidad y la sabiduría. Es originario de la India y fue Alejandro Magno quien lo llevó a Occidente junto a su significado simbólico a través de Babilonia, Persia y Asia Menor, alcanzando Grecia en el Período Clásico. Su simbolismo solar está, sin duda, relacionado con su larga cola de colores y sus dibujos en forma de ojos que, debido a su forma circular y a su brillo, conectan también con el ciclo vital y eterno de la naturaleza.