Escuela española; siglo XX.
“Calavera”.
Óleo sobre lienzo.
No conserva bastidor y presenta faltas.
Firmado “Betancourt” en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 32 x 40 cm; 49,5 x 56,5 cm (marco).
Las vanitas, que representaban cráneos humanos, se utilizaron como objetos de meditación o, más bien, para enriquecer el gabinete de curiosidades. Mediante este tipo de objetos, se pretendía recordar la mortalidad y vida finita del ser humano. El origen del uso de la calavera como recordatorio del fin de la vida humana, puede tener sus raíces en la Antigua Roma, sobre todo de cara a los generales que entraban victoriosos por las calles de la capital quienes, a sus espaldas, llevaban a un siervo que les recordaba que ellos también eran hombres.