Crátera de Campana de la cultura griega. Estilo de Gnathia. Apulia. Magna Grecia. Sur de Italia, segunda mitad del s. IV- s. III a. C.
Cerámica trabajada a torno. Cocción oxidante, pintada y barnizada.
En excelente estado de conservación. Ha sido sometido a un proceso de restauración y limpieza.
Medidas: 42 x 44 cm.
Vaso de labio amplio y exvasado con asas horizontales de sección circular orientadas hacia arriba y con forma de campana invertida, barnizada en color negro en interior y exterior y decorada con motivos vegetales, en amarillo y blanco a ambos lados. El borde de color anaranjado está decorado con roleos negros. El pie de la crátera presenta una línea anaranjada en la unión de la peana y en la parte superior del pie discoidal. La cratera de cuerpo acampanado se convierte desde 450-350 a. C. en la versión más popular de los talleres áticos. Aparecen por todo el Mediterráneo y son muy comunes en las necrópolis ibéricas de Andalucía oriental. El éxito de ello puede estar relacionado con sus facilidades de transporte. El uso primario de las crateras en Grecia era el de contenedores de vino mezclado con agua que se bebía durante los banquetes, tanto festivos como funerarios. En ambientes ibéricos se adoptan como elementos de ajuar funerario y contenedores de las cenizas del cadáver. Las cerámicas atribuidas al “estilo de Gnatia” denominadas así por el nombre de la antigua Gnatia (actual Egnazia) ubicada en la costa adriática de Apulia, son una producción de época helenística con una amplia circulación en la cuenca mediterránea. La técnica decorativa utilizada consistió en la aplicación de colores (generalmente blanco, amarillo y rojo) sobre una capa de barniz negro. La ornamentación tiene una dimensión artesanal que dificulta encontrar una excelente producción artística y la uniformidad de los diseños decorativos es la prueba de la tendencia a esquematizar y estandarizar la producción. Esta cerámica alcanzó su apogeo exportándose a Iberia, la Cirenaica y Egipto. Será imitada en Sicilia, Lucania, Campania, desapareciendo finalmente en torno a la fecha del 270 a. C