Vaso íbero, siglos V-III a.C.
Cerámica trabajada a torno. Cocción oxidante, pintada.
Muy bien conservada, aunque presenta un fragmento en la zona del borde pegado, pero está completa. Se ha sometido a un proceso de limpieza y consolidación.
Medidas: 21 (altura) x 17 cm (diámetro boca).
Esta vasija íbera presenta una decoración pintada de color rojo–vinoso, con motivos de bandas horizontales. Encontramos formando parte de un ajuar funerario del siglo IV a.C. procedente de las Torrecillas de Marmolejo (Jaén) una vasija muy similar a la que nos ocupa (fondo arqueológico Ricardo Marsal Monzón, p.127, gif.9, ref. T08-003). En el museo de Jaén también podemos encontrar una urna similar con nº inventario CE/DA04426.
En cuanto al origen de las cerámicas ibéricas pintadas, el estado actual de la investigación establece una clara correlación entre las importaciones fenicias del siglo VII a. C. y las primeras cerámicas a torno ibéricas que empiezan imitando aquellos prototipos, tanto en forma como en decoración, para consolidar posteriormente tipologías genuinas que incorporan también formas tradicionales del Hierro antiguo y formas de inspiración griega, cuando no directamente imitaciones. Su repertorio fue incorporando y reinterpretando algunos de los prototipos más populares de las producciones fenicias, púnicas, griegas y finalmente romanas. El fenómeno de imitación se da con más frecuencia en las llamadas producciones de prestigio, con especial predilección hacia las cerámicas áticas de figuras rojas y de barniz negro, las cerámicas de barniz negro helenísticas y romanas, reflejando el valor ideológico que les otorgaban los indígenas. No sabemos si procede de una necrópolis y por tanto tendría una función funeraria o procede de un poblado.