Dos ungüentarios. Roma, siglo I-II d.C.
Vidrio.
En buen estado de conservación.
Procedencia: colección particular.
Adjunta certificado del año 1970.
Medidas: 11 x 8 cm y 8 x 6 cm.
La primera de las jarritas presenta cuerpo globular con boca de labio y asa que une cuerpo y boca. Su perímetro algo irregular dificulta su estabilidad fácil de arreglar. Utilizada como ungüentario en un gineceo. La segunda presenta cuerpo periforme, corto cuello y boca con labio. En el cuerpo presenta decoración de acanalados. También pudo ser utilizada en un gineceo femenino.
El uso del vidrio empezó a generalizarse a partir del siglo I d.C., tras el descubrimiento de la técnica del soplado en torno al 40 a.C., en la zona este de la costa mediterránea. Esta técnica supuso una gran revolución, y se difundió de inmediato rápidamente. El vidrio soplado ofrecía grandes ventajas sobre otros materiales porque no cambiaba el sabor de los alimentos que contenía y era más impermeable que la terracota. Además, la técnica del soplado permitía fabricar piezas de formas y tamaños variadísimos, y también una producción más rápida. Por otro lado, las piezas de vidrio eran más fáciles de limpiar, por lo que pronto se convertirá en el material favorito para el uso doméstico.