Fragmento de busto femenino; Tanagra, Periodo helenístico, siglo III a.C.
Terracota.
Presenta etiqueta antigua de inventario al dorso.
Procedencia: colección Georges Savès.
Medidas: 10 x 8 x 5 cm.
Fragmento escultórico en el que se aprecia el busto de una mujer, con pelo rizado y tocado. A pesar del paso del tiempo aún se aprecian algunos pliegues en la túnica.
En Beocia (Grecia) este tipo de figuras de terracota fueron utilizadas tanto como ofrendas en templos y santuarios como en los ajuares funerarios. Las primeras esculturas griegas que datan del siglo IX a.C. fueron pequeñas figuras humanas hechas con materiales maleables tales como la arcilla, el marfil o la cera. No fue hasta el periodo arcaico durante los siglos VII y VI a.C. que los griegos empezaron a trabajar la piedra, sin embargo, conservándose otros materiales, principalmente la cerámica debido al auge de esta industria, para piezas de pequeño tamaño, destinadas a servir como ofrendas en los templos o parte de ajuares funerarios.
Esta pieza procede de la colección de Georges Savès (1908–1985), numismático y coleccionista francés con una profunda vocación por el estudio arqueológico. Heredero de una tradición familiar de coleccionismo, se dedicó plenamente desde los años 50 a la investigación histórica y numismática, especialmente en torno a Toulouse y las monedas galas. A lo largo de su vida reunió una colección ecléctica de piezas arqueológicas, etnográficas y artísticas, enriquecida en 1966 con la adquisición de parte de la colección Roger Bédiat. Autor de estudios especializados, su legado sigue siendo una referencia en el ámbito académico y patrimonial.