Ungüentario. Roma, siglo II d.C.
Vidrio, con pátina irisada.
Intacto.
Procedencia: colección Georges Savès.
Medidas: 8,3 cm. (altura).
Este ungüentario presenta un esbelto cuello terminado en boca de labio exvasado, así como un estrechamiento en relación con el cuerpo, de concepto utilitario para poder graduar la salida de la cara esencia. Su cuerpo es globular.
El uso del vidrio empezó a generalizarse a partir del siglo I d.C., tras el descubrimiento de la técnica del soplado en torno al 40 a.C., en la zona este de la costa mediterránea. Esta técnica supuso una gran revolución, y se difundió de inmediato rápidamente. El vidrio soplado ofrecía grandes ventajas sobre otros materiales porque no cambiaba el sabor de los alimentos que contenía y era más impermeable que la terracota. Además, la técnica del soplado permitía fabricar piezas de formas y tamaños variadísimos, y también una producción más rápida. Por otro lado, las piezas de vidrio eran más fáciles de limpiar, por lo que pronto se convertirá en el material favorito para el uso doméstico.
Esta pieza procede de la colección de Georges Savès (1908–1985), numismático y coleccionista francés con una profunda vocación por el estudio arqueológico. Heredero de una tradición familiar de coleccionismo, se dedicó plenamente desde los años 50 a la investigación histórica y numismática, especialmente en torno a Toulouse y las monedas galas. A lo largo de su vida reunió una colección ecléctica de piezas arqueológicas, etnográficas y artísticas, enriquecida en 1966 con la adquisición de parte de la colección Roger Bédiat. Autor de estudios especializados, su legado sigue siendo una referencia en el ámbito académico y patrimonial.