Máscara corporal. Papúa Nueva Guinea, Oceanía, 1970.
Estructura base: Fibra vegetal tejida, posiblemente ratán o mimbre.
Pigmentación: Pinturas naturales obtenidas de arcilla, carbón vegetal y cal.
Decoración: Patrones geométricos en espiga, símbolo de energía y protección.
Adornos: Fibras vegetales colgantes en la base, probablemente de palma o rafia, utilizadas para realzar el efecto visual del movimiento.
Medidas: 200 x 130 cm; 70 cm (base).
Esta máscara corporal de gran tamaño es un impresionante ejemplo del arte ritual de Papúa Nueva Guinea. Su estructura cónica alargada, con brazos extendidos y una cabeza antropozoomorfa, sugiere su uso en rituales de iniciación, festividades comunitarias o ceremonias chamánicas. La superficie está decorada con un patrón geométrico en espiga, compuesto por líneas en tonos ocres, blancos y negros, lo que enfatiza su presencia visual durante los rituales.
Los brazos estilizados y las pequeñas manos con dedos abiertos sugieren una figura animada, probablemente representando un espíritu o una deidad tribal. En la parte inferior, se pueden ver fibras naturales colgantes, que aportarían movimiento y dinamismo durante su uso en danzas ceremoniales.
Las máscaras corporales como esta suelen estar relacionadas con rituales de iniciación masculina, en los que los jóvenes de la tribu atravesaban pruebas simbólicas para ser aceptados como adultos. También podrían haber sido utilizadas en ceremonias chamánicas o de invocación de espíritus, en las que se encarnaban figuras míticas para proteger la comunidad o favorecer cosechas y cacerías exitosas.
El patrón en espiga que recubre la pieza no es solo decorativo, sino que en muchas culturas representa protección, orden y fuerza, atributos esenciales en cualquier rito de paso. El hecho de que la máscara cubra el cuerpo entero indica que su portador asumía una identidad ritual, transformándose en el espíritu que representa.