«Pig dragon», cultura Hongshan, periodo neolítico (4700-2920 a. C.).
Jade.
Objeto funerario.
Procedencia: Throckmorton Gallery, Nueva York.
Adjunta certificado de autenticidad.
Medidas: 24,5 cm diámetro.
Este objeto arqueológico, conocido convencionalmente como pig dragon o “dragón cerdo”, constituye uno de los tipos más emblemáticos de la iconografía jadeíta de la cultura Hongshan, una de las más avanzadas del neolítico en el norte de China. Esta cultura se caracteriza por su desarrollo temprano de prácticas religiosas complejas, arquitectura ceremonial (como las plataformas circulares y piramidales de Niuheliang), y una tradición escultórica en jade sin precedentes en la prehistoria del este asiático.
La pieza muestra una figura zoomorfa estilizada con cuerpo tubular en círculo, sin extremidades, cuya cabeza presenta rasgos morfológicos similares a los de un cerdo: hocico, frente prominente, ojos cincelados, aunque con una fuerte carga abstractiva. La postura enrollada, de aspecto fetal, evoca tanto la gestación como el retorno a la tierra, lo que sugiere su asociación simbólica con ciclos vitales, la regeneración y la muerte. En el pensamiento cosmológico protochino, estas criaturas pudieron haber sido concebidas como entidades intermedias entre el mundo terrenal y el espiritual, posibles antecesores del dragón como figura tutelar en la cultura china posterior.
El material —jade (nefrita)— fue considerado desde los primeros tiempos una "sustancia de inmortalidad", debido a su dureza, brillo y resistencia a la corrupción. Trabajar jade en el período neolítico exigía meses de labor mediante herramientas abrasivas de cuarzo y arenisca, sin metal alguno, lo cual subraya tanto el valor social como el carácter sagrado del objeto. El tono verde-marrón y las alteraciones cromáticas visibles en la superficie provienen del proceso de enterramiento y la interacción con minerales del suelo.
Se han hallado figuras similares en contextos funerarios, dispuestas junto a los cuerpos o en áreas rituales de enterramiento colectivo, lo cual confirma su función como talismán protector, marcador de estatus o guía espiritual hacia el más allá. Algunas teorías sugieren incluso su rol como tótem tribal o símbolo ancestral, quizá relacionado con linajes o clanes mitológicos.