Biombo; Japón, c. 1840-1860.
Seda y papel dorado y pintado.
Trasera forrada de seda con leves faltas.
Medidas: 108 x 270 cm.
Biombo de seis hojas realizado en seda y papel dorado y pintado. A lo largo de las seis hojas, el biombo presenta un único paisaje concebido de manera unificada y apaisada, adaptándose a la estructura del mueble. Esta ornamentación, que destaca por su fondo dorado, presenta como motivo principal un paisaje protagonizado por varias garzas en torno a un rio o lago.
Los biombos japoneses, o byobu, han ocupado un lugar central en la cultura material y la estética japonesa desde la Edad Media, pero su papel durante los siglos XIX y XX resulta especialmente revelador de los procesos de modernización y transformación social que experimentó Japón en este período. Originalmente concebidos como divisores móviles de espacio, destinados a regular la intimidad y modular la experiencia sensorial de la arquitectura tradicional,los biombos se convirtieron en verdaderos soportes de expresión artística.
Durante el siglo XIX, en pleno periodo Edo tardío y posteriormente en la era Meiji (1868–1912), los biombos se consolidaron como lienzos privilegiados para plasmar escenas de la vida cotidiana, paisajes estacionales y motivos literarios. Con la apertura del país al comercio internacional en la segunda mitad del siglo XIX, los biombos comenzaron a circular en el mercado global, despertando el interés de coleccionistas y museos europeos y norteamericanos.