Cruz procesional; España, c. 1600.
Latón y cobre plateado. Alma de madera.
El Cristo y la placa es de época posterior.
Medidas: 70 x 44 x 16 cm.
Durante el románico y el gótico lo más frecuente fue la concepción escultórica como parte de la arquitectura. Sin embargo, también existieron ejemplos de escultura exenta, como las cruces procesionales, las cuales presidían los ritos religiosos. Fue una tipología de objeto muy utilizada desde el siglo IV. Antes del siglo VIII, las cruces colgaban de los altares, sin embargo, esta disposición variaría, siendo colocadas sobre una punta o espigón inferior del altar. Las cruces procesionales son las piezas más importantes del ajuar eclesiástico, por lo normal en número de una por parroquia. Tienen forma de cruz latina, con un solo travesaño y el brazo inferior más largo. Destinadas a ir sobre el extremo de un palo o bordón, abren paso en el cortejo procesional.