Escuela flamenca del siglo XVII.
“Cabeza de putto”.
Mármol tallado. Peana de mármol negro.
Procedencia: Colección Maurice Maeterlinck, principal exponente del teatro simbolista y ganador del Premio Nobel de Literatura en 1911, a través de su nieto.
Medidas: 24 cm (altura cabeza sin peana); 37 cm (altura total con peana).
Cabeza de putto de destacada factura y cuidada morfología. Su cabello ensortijado enmarca un rostro angélico y su estilo encuadra dentro de un lenguaje clasicista emulando los putti grecorromanos, pero con especial énfasis naturalista.
El “putto” es un elemento tomado de la iconografía romana, que en el periodo barroco llegó a considerarse la representación de la omnipresencia de Dios. En la Antigüedad se les relacionaba con los genios romanos y los daemon griegos, y eran frecuentes en las representaciones artísticas relacionadas con Dionisos. A partir del Renacimiento se retomará este sentido báquico del “putto”, pero prevalecerá una interpretación cristiana. Así, los artistas los representarán como ángeles músicos en las escenas de temática religiosa, y como acompañantes de los dioses clásicos en las de tema mitológico. No obstante, pese a sus significados simbólicos los “putti” son ante todo utilizados como elementos decorativos, relacionados con la paz, la prosperidad, la alegría y el ocio.