Escuela italiana; siglo XVIII.
“San Antonio de Padua con el Niño”.
Óleo sobre pizarra.
Presenta restauraciones.
Posee marco del siglo XX.
Medidas: 27 x 22 cm; 35 x 29,5 cm (marco).
En esta escena religiosa se representa el tema de la aparición del Niño Jesús a San Antonio de Padua. Frente al santo, arrodillado y vestido con hábito, vemos al Niño Jesús sobre una base de nubes. La posición de ambos personajes es típicamente barroca: el santo lleva sus manos al pecho mientras inclina con humildad el rostro sin dejar de mirar al Niño. Es interesante mencionar el soporte de esta obra, ya que durante el siglo XVI, se popularizó el uso de la pizarra como base para la pintura, ejemplo de ello da cuenta la exposición celebrada en el Museo del Prado, en el año 2018 “In lapide depictum”, la cual reunía un conjunto de nueve obras realizadas sobre piedra monocroma, pizarra y mármol, realizadas por aristas como Piombo, Tiziano, Daniele da Volterra y Leandro Bassano.
San Antonio de Padua o de Lisboa (Lisboa, ca. 1191 a 1195 – Padua, 1231) fue un fraile franciscano, predicador y teólogo, venerado por sus milagros y como santo y Doctor de la Iglesia, que fue primero miembro de la Orden de canónigos regulares de San Agustín, hasta que se hizo franciscano en 1220. San Antonio de Padua es, después de San Francisco de Asís, el más popular de los santos franciscanos. Es representado como un joven imberbe con amplia tonsura monacal, vestido con hábito, y suele aparecer con el Niño Jesús, sosteniéndolo en brazos, en alusión a una aparición que tuvo en su celda. Se convirtió en el atributo más popular de este santo a partir del siglo XVI, siendo especialmente popular en el arte barroco de la Contrarreforma.