Escuela flamenca del siglo XVII.
"El tañedor de laúd".
Óleo sobre tabla.
Medidas: 27,5 x 23,5 cm.; 40 x 36 cm. (marco).
El laudista, sentado junto a una mesa cubierta por un mantel de lana, toca su laúd mientras entona una canción. Viste un traje de juglar, con polainas y ornamentos plateados que relucen bajo una iluminación tenue que resalta los blancos de las mangas y el cuello de algodón. Los ropajes han sido descritos con atención al detalle y a las calidades de las telas. Asimismo, las carnaciones sonrosadas del músico denotan un espíritu apasionado. La pintura se caracteriza por la armonía de las tonalidades, con predominio de los colores cálidos, como el rojo, el amarillo y el marrón. Los tañedores solitarios de laúd fue un tema frecuente en la pintura flamenca del siglo XVII, como podemos apreciar, por ejemplo en "Joven tocando un laúd" de Vermeer. El laúd, símbolo de la música y la armonía, se asocia tradicionalmente con el amor y la melancolía. La actitud concentrada del joven laudista y la atmósfera serena de la escena sugieren una interpretación de la pintura como una alegoría del amor cortés.