Escuela francesa; c. 1840.
“Paisaje”.
Óleo sobre lienzo.
Presenta faltas y restauraciones sobre la superficie pictórica.
Medidas: 55 x 81,5 cm; 70 x 97 cm (marco).
El paisaje romántico tuvo dos vertientes principales: la dramática, de vistas turbulentas y fantásticas, y la naturalista, que enfatizaba imágenes de una naturaleza apacible y serena, como en este caso. Esta segunda concepción es la que vemos plasmada en esta obra; el pintor trata de comunicar una reverencia religiosa por el paisaje, la naturaleza en plenitud, libre de los elementos industriales de la vida moderna. De hecho, el propio uso que ha hecho aquí el autor de la luz transmite una atmósfera que de ensueño, que invita al espectador a meditar y a contemplarse a sí mismo en el paisaje. El paisaje romántico está constituido no obstante por manifestaciones de muy diverso tipo y no equiparables entre sí; no afecta por igual a todas las escuelas nacionales, manteniéndose más fiel a la tradición en escuelas como la francesa o la holandesa. Así, en este lienzo no encontramos las grandiosas escenografías de británicos y alemanes, las escarpadas montañas ni las monumentales ruinas góticas.