MARIO GRANELL (A Coruña, 1915 – Vigo, 1991)
“Crucifixión”, 1974
Óleo sobre tabla.
Firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 90 x 30 cm; 107 x 47,5 cm (marco).
En “Crucifixión”, Mario Granell interpreta el tema religioso desde una visión moderna y profundamente expresiva. La figura de Cristo, de anatomía casi escultórica, se resuelve mediante una geometrización rítmica de planos y una paleta dominada por tonos verdes y terrosos, que acentúan el dramatismo del motivo. El trazo enérgico y las formas facetadas revelan la impronta del muralista y del dibujante, así como la capacidad del artista para combinar espiritualidad y modernidad en una misma imagen. La obra se inscribe dentro de su personal universo plástico, donde el simbolismo y la estilización configuran un lenguaje inconfundible.
Mario Granell, pintor, poeta y diseñador, fue una de las figuras más singulares de la cultura gallega del siglo XX. Discípulo del muralista Camilo Díaz Baliño, inició su trayectoria expositiva con tan solo catorce años y obtuvo su primer premio de pintura en 1929. Tras la Guerra Civil, desarrolló una importante carrera como muralista, escenógrafo y cartelista, y en los años cincuenta se trasladó a Venezuela, donde alcanzó reconocimiento como artista exclusivo de la Galería Aurora de Caracas. Vinculado al surrealismo —como su hermano Eugenio Granell—, su obra destaca por la fuerza imaginativa y la estilización expresiva, hasta el punto de que la crítica ha definido su estilo como un auténtico “granellismo”.
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