FELIPE SANTAMANS AÑO, (Guadasuar, Valencia, 1951).
“Bodegón de flores”.
Pastel sobre papel.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 100 x 73 cm.; 120 x 93 cm. (marco).
Pintor de figuras, retratos, paisajes, interiores y bodegones, Felipe Santamans domina a la perfección tanto el óleo como el pastel, y de hecho es considerado uno de los mejores pastelistas actuales de España. Desarrolla una obra que evidencia la continuidad con los estilos clásicos, dentro de una personal renovación. Su obra es por tanto de corte clásico, si bien no está exenta de ciertos rasgos impresionistas, principalmente patentes en sus paisajes. Las suyas son imágenes intimistas, ricas en expresividad, dominadas por tonalidades cálidas y un sutil trabajo lumínico, despojadas de todo adorno accesorio, pinturas naturales y sencillas en las que la forma es a menudo excusa para jugar con la luz y el color. Pintor precoz, Santamans empezó a estudiar arte bajo la tutela de algunos de los pintores más importantes de su región, y a los catorce años se hallaba trabajando con el famoso pastelista Benjamín Suria. Inició su formación reglada en la Academia Barrera de Valencia, y la continuó en la Escuela de Bellas Artes y la Academia Fuster. En 1968 conoció al pintor José Espert, a quien considera su auténtico maestro. Al año siguiente debuta en una exposición colectiva, y pronto dejará a un lado el óleo para centrarse en el pastel, que le fascina por la transparencia y el brillo de sus colores, así como por el grado de sutileza que permiten en el juego de luces y sombras. Actualmente está representado en colecciones de Europa, Sudamérica y los Estados Unidos.
“Bodegón de flores”.
Pastel sobre papel.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 100 x 73 cm.; 120 x 93 cm. (marco).
Pintor de figuras, retratos, paisajes, interiores y bodegones, Felipe Santamans domina a la perfección tanto el óleo como el pastel, y de hecho es considerado uno de los mejores pastelistas actuales de España. Desarrolla una obra que evidencia la continuidad con los estilos clásicos, dentro de una personal renovación. Su obra es por tanto de corte clásico, si bien no está exenta de ciertos rasgos impresionistas, principalmente patentes en sus paisajes. Las suyas son imágenes intimistas, ricas en expresividad, dominadas por tonalidades cálidas y un sutil trabajo lumínico, despojadas de todo adorno accesorio, pinturas naturales y sencillas en las que la forma es a menudo excusa para jugar con la luz y el color. Pintor precoz, Santamans empezó a estudiar arte bajo la tutela de algunos de los pintores más importantes de su región, y a los catorce años se hallaba trabajando con el famoso pastelista Benjamín Suria. Inició su formación reglada en la Academia Barrera de Valencia, y la continuó en la Escuela de Bellas Artes y la Academia Fuster. En 1968 conoció al pintor José Espert, a quien considera su auténtico maestro. Al año siguiente debuta en una exposición colectiva, y pronto dejará a un lado el óleo para centrarse en el pastel, que le fascina por la transparencia y el brillo de sus colores, así como por el grado de sutileza que permiten en el juego de luces y sombras. Actualmente está representado en colecciones de Europa, Sudamérica y los Estados Unidos.