Placa de Castelli, Italia, ca. 1750.
Mayólica.
Pequeña mella en el borde derecho.
Medidas: 20,5 x 27 cm.
Este es un virtuoso ejemplo de una placa de mayólica de Castelli que representa una escena mitológica clásica. La composición muestra varias figuras en un paisaje pastoral, muy característico de la obra de Castelli. En primer plano, vemos lo que parece ser un encuentro romántico o mitológico entre figuras envueltas en telares azules y dorados. Hay una figura femenina recostada y lo que parece ser un querubín o un putto cerca. Por encima de ellos, una figura voladora (que probablemente representa a un dios, una diosa o una figura alegórica) lleva lo que parece ser una cesta de fruta o flores, lo que sugiere temas de abundancia o dones divinos. La escena se desarrolla en un paisaje idílico con arquitecturas clásicas (típico de Castelli). La paleta de colores también es típica de la manufactura italiana (azules suaves que dominan los drapeados, amarillos dorados y tonos tierra apagados en el paisaje). La técnica pictórica muestra la fina pincelada y la atención al detalle que hicieron tan apreciada la cerámica de Castelli.
Castelli era una localidad, no una persona ni una fábrica concreta. Se hizo famosa en toda Europa por su cerámica de mayólica, especialmente entre los siglos XVI y XVIII. La cerámica de Castelli se caracterizaba por su excepcional calidad, sus intrincadas técnicas decorativas y su estilo distintivo, que la diferenciaban de otros centros cerámicos italianos como Faenza, Urbino o Deruta. La tradición de la mayólica en Castelli estuvo dominada por varias familias importantes de ceramistas que transmitieron sus técnicas de generación en generación: La familia Grue (Francesco, Antonio, Aurelio y Carmine Antonio; La familia Gentili (en particular Bernardino); La familia Cappelletti
Los ceramistas de Castelli eran especialmente famosos por sus plaquettes (pequeñas placas decorativas) y sus grandes platos (piatti da pompa), que a menudo se fabricaban para familias nobles e iglesias. Estas piezas se consideraban entre los mejores ejemplos de arte cerámico de Europa en aquella época. El declive de la industria cerámica de Castelli se produjo a finales del siglo XVIII, en parte debido a factores económicos y al auge de otros centros cerámicos. Sin embargo, su legado sigue vivo y la cerámica de Castelli es hoy muy apreciada por los coleccionistas y se puede encontrar en los principales museos del mundo.