Especiero. Italia, ca. 1570–1620.
Cerámica esmaltada.
Presenta una restauración en la zona inferior.
Medidas: 17 x 16 x 16 cm.
Esta singular pieza de cerámica esmaltada, realizada en el estilo característico de la maiolica italiana del Renacimiento tardío, representa un especiero o soporte decorativo de pequeño formato, concebido tanto para el uso funcional como para la exhibición ornamental. Se estima que fue producido entre finales del siglo XVI y los primeros años del XVII, en alguno de los grandes centros cerámicos de Italia, como Deruta, Urbino o Faenza, reconocidos por su excelencia en el trabajo de la cerámica esmaltada.
La pieza presenta una estructura escultórica compleja, sostenida por tres figuras híbridas de clara inspiración mitológica o fantástica. Estas criaturas, de cuerpo felino y alas desplegadas, exhiben rasgos expresivos y detalles anatómicos minuciosos, como escamas, garras y cabezas erguidas que sugieren una fusión entre lo animal, lo humano y lo monstruoso. Estas figuras sostienen con sus patas y alas una plataforma circular en la parte superior, probablemente diseñada para contener o apoyar pequeños frascos de especias, sales aromáticas o aceites perfumados, artículos de lujo en el contexto doméstico aristocrático del Renacimiento.
La decoración está realizada con vivos colores - tonos de azul cobalto, verde cobre, amarillo antimonio y naranja hierro - aplicados sobre un vidriado blanco opaco que actúa como lienzo. Este tipo de esmalte estañado es característico de la maiolica, técnica que permitió a los alfareros italianos obtener una superficie brillante y duradera, adecuada para el detallado pictórico y narrativo que caracterizaba a esta producción.
Formalmente, la pieza responde al gusto por lo grotesco (grotteschi), un estilo ornamental ampliamente difundido en la época tras el redescubrimiento de las pinturas murales de la antigua Roma, particularmente las halladas en la Domus Aurea de Nerón. Esta estética, cargada de elementos caprichosos y figuras híbridas, encajaba perfectamente en el imaginario visual del Renacimiento tardío, donde la invención formal y la erudición se manifestaban incluso en objetos utilitarios.
Más allá de su función primaria como especiero o soporte, este objeto tiene un marcado carácter decorativo y simbólico. Su complejidad formal y su cuidada factura indican que fue producido para un cliente de alto estatus social, probablemente para integrarse en un gabinete de curiosidades o en una alacena de exposición dentro de una residencia noble o principesca. Así, el especiero no solo conservaba ingredientes preciados, sino que también funcionaba como una muestra de prestigio, erudición y refinamiento.