Escuela española; c. 1930.
Sin título.
Acuarela sobre papel.
Firmado y dedicado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 25 x 18 cm; 35 x 29 cm (marco).
Obra enmarcada dentro de la corriente simbolista que, partiendo de la literatura, definió un arte plenamente metafórico, que buscaba evocar significados ocultos a través de una elaborada retórica. Los simbolistas creían que el arte debía apuntar a capturar las verdades más absolutas, las cuales sólo podían ser plasmadas por métodos indirectos y ambiguos, y de ahí la constante referencia al símbolo y la metáfora. En el caso de este dibujo el centro absoluto de la representación es su contenido poético, plasmado a través de una pareja.