ROSARIO WEISS ZORRILLA (Madrid, 1814- 1843).
“La Reina Isabel II”.
Lápiz sobre papel.
Adjunta informe de Carlos Sánchez Díez, conservador jefe del Museo Lázaro Galdiano.
Posee marco italiano del siglo XVIII.
Procedencia: Félix Boix.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 14 x 11,2 cm; 29 x 25 cm (marco).
Según las palabras del experto don Carlos Sánchez Díez, conservador jefe del Museo Lázaro Galdiano de Madrid.” Este retrato a lápiz sobre papel se incluyó en la sección Dibujos no localizados del catálogo editado en 2018 con motivo de la exposición Dibujos de Rosario Weiss (1814-1843)'. Por entonces se desconocía su paradero. Sí se sabía que el dibujo se había expuesto en Madrid en 1922 cuando pertenecía a Félix Boix, coleccionista y comisario de aquella muestra, quien lo había titulado Retrato de muchacha. Visto ahora el dibujo, pues en el catálogo de Boix no se reprodujo, y observando bien el rostro de esta joven, resulta fácil identificar los rasgos de la hija mayor de Fernando VII y de María Cristina de Borbón. Por otra parte, no hay duda de que se trata del dibujo expuesto en 1922, ya que coincide con la descripción ("Retrato de muchacha. Media figura vuelta a su izquierda; mira casi de frente"), la técnica ("lápiz negro sobre pap. blanco"), la firma ("R. Weiss") y las dimensiones. Además, ahora se ha podido desvelar parte de su historia ya que tras la muerte de Boix (1858-1932) el dibujo pasó a su hijo Félix Boix y Sáenz, quien se lo vendió o regaló a su amigo Pedro Araluce López de Urquiza (Bilbao, 1891 - Madrid, 1974), coleccionista, decorador y fabricante de mobiliario en Madrid3. Araluce se lo regaló en los años sesenta del siglo XX a la actual propietaria, hija de una empleada, quien desconocía que procedía del coleccionista Boix y que este lo había expuesto en 1922.
La composición del retrato, una figura de tres cuartos levemente girada hacia su izquierda y con el rostro hacia el espectador, es bastante habitual en el catálogo de Weiss. El estilo realista también es característico, aunque, al tratarse de un boceto rápido tomado del natural, no tiene el acabado minucioso y pulcro que podemos encontrar en otros retratos de esta misma época como, por ejemplo, el de Mesonero Romanos. En cuanto a la técnica, es muy reconocible el trazo a lápiz rápido y seguro tanto en el dibujo de contorno como en las líneas que definen el rostro o el traje. También lo es la forma de trabajar el sombreado, incipiente pero acertado, con tramas simples de líneas paralelas y cruzadas. Además, es también habitual en Weiss el mayor nivel de acabado del rostro y el cabello comparados con el resto, así como la ausencia de elementos que hagan referencia al espacio donde se encuentra la figura.
Por el aspecto de la joven y la biografía de la artista, lo más probable es que el dibujo se hiciera durante la primera mitad de 1843, por lo que la reina estaría representada a los doce años, poco antes de la muerte de su profesora y autora del retrato, fallecida en Madrid el 31 de julio de ese año. Weiss fue la profesora de dibujo de Isabel y de Luisa Fernanda de Borbón desde el 18 de enero de 1842 hasta su muerte, aunque ya acudía al Palacio Real al menos desde octubre de 1841, según relató Pérez Galdós en los Episodios Nacionales. Debió de ser el contacto diario con la reina el que propició la ejecución de este retrato de tono íntimo y natural, más realista que la imagen idealizada del óleo que Vicente López había pintado un año antes. Dado el carácter abocetado del dibujo, es muy probable que se trate de un primer bosquejo que serviría a Weiss para trabajar de forma pausada y sin la presencia de la modelo- en un retrato perfectamente terminado de su alumna, proyecto seguramente frustrado por su repentina muerte. El dibujo tiene la peculiaridad de conservar un marco original tallado y dorado, característico de la segunda mitad del siglo XVIII”.