Escuela francesa; siglo XIX.
“Desnudo masculino”.
Carboncillo sobre papel.
Medida: 55 x 34 cm; 83,5 x 59,5 cm (marco).
En la Francia del siglo XIX, el desnudo ocupó un lugar central en la enseñanza académica de las artes. El dibujo del cuerpo humano, estudiado a partir de modelos vivos, era considerado la base indispensable para formar al artista, pues permitía dominar la anatomía, las proporciones y la representación del movimiento. La práctica respondía a una tradición heredada del Renacimiento y consolidada en las academias, donde el desnudo era visto no solo como ejercicio técnico, sino también como vía de acceso a lo ideal y lo universal en el arte.
En un contexto en el que el academicismo defendía la primacía del “gran género” histórico, el desnudo adquiría además una función simbólica: era el lenguaje con el que se narraban mitos, alegorías y episodios de la Antigüedad. Así, más allá de su dimensión pedagógica, estos dibujos reflejaban el valor cultural del cuerpo como medida de lo bello y como soporte de los ideales artísticos de la Francia decimonónica.