Círculo de GUILLERMO DUCKER (documentado entre 1795 y 1830); España, c. 1810.
“Retrato de caballero”.
Miniatura.
Medidas: 5,5 x 4 cm; 20 x 18,5 cm (marco).
La preeminencia del rostro, que llega a dominar casi por completo el espacio compositivo; la intensidad de la mirada y la expresividad del gesto, marcado por una altivez contenida; así como una rigurosa sobriedad cromática y un virtuosismo técnico fuero características que definieron la obra de Ducker. En este caso concreto vemos como el artista ha seguido dichos preceptos estilísticos para componer este retrato.
De probable origen holandés, Guillermo Ducker desarrolló su actividad en España a partir de aproximadamente 1795, fecha en la que se documentan sus primeras obras en la península. Su producción se caracteriza por una técnica depurada, un dibujo de gran precisión y una paleta cromática equilibrada, cualidades que le valieron el reconocimiento de sus contemporáneos. Figuras como Leandro Fernández de Moratín lo elogiaron públicamente, considerándolo una de las figuras más destacadas en el ámbito de la miniatura en el Madrid de su tiempo. Su clientela incluyó a algunos de los estamentos más altos de la sociedad española, entre ellos la Casa Real y la Casa de Osuna. Para esta última, realizó al menos dos retratos de la duquesa, mientras que, por encargo de la reina María Luisa, llevó a cabo copias de retratos originales de Francisco de Goya, así como las representaciones del rey de Etruria y de los infantes Francisco y María Isabel.