DIEGO RIVERA (Méjico, 1886- 1957).
“Danzantes”, 1931.
Tinta sobre papel.
Firmado y fechado en el margen inferior derecho.
Adjunta certificado emitido por Diego M. Alvarado Rivera, hijo del artista.
Medidas: 32,5 x 24 cm; 51,3 x 41,5 cm (marco).
Nacido en Guanajuato en 1886, Diego Rivera mostró un talento precoz para el dibujo, lo que lo llevó a ingresar muy joven a la Academia de San Carlos, donde recibió formación tradicional y tuvo como maestros a Antonio Fabrés y, especialmente, a José María Velasco. En 1907 viajó a Europa gracias al apoyo del Dr. Atl y una beca gubernamental, permaneciendo en Madrid hasta 1909, donde trabajó en el taller de Eduardo Chicharro y realizó numerosas copias de obras del Museo del Prado. A su regreso a México en 1921, fue contratado por José Vasconcelos para pintar murales, iniciando una etapa que consolidó su reconocimiento. Como director de la Academia de Bellas Artes de San Carlos, impulsó reformas inspiradas en los talleres renacentistas, promoviendo la práctica, la autogestión estudiantil y nuevas metodologías, aunque su enfoque encontró resistencia y lo obligó a dimitir. A partir de 1930, Rivera enfocó su carrera hacia Norteamérica, realizando importantes encargos que consolidaron su reputación internacional y definieron su legado como uno de los muralistas más destacados del siglo XX.
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