CARLO MOLLINO (Turin, 1905-1973) para ZANOTTA
Silla reclinable “Gilda”, diseño original de 1953.
Piel roja y madera.
Posee cuatro posiciones.
Presenta ligeras marcas de uso.
Medidas: 89 x 78,5 x 70 cm.
La icónica butaca Gilda fue diseñada por Carlo Mollino en 1953, con sus cuatro posiciones, se ha convertido en un diseño icónico de la contemporaneidad.
Carlo Mollino fue una figura polifacética cuya formación en arquitectura, culminada en 1931, dio inicio a una trayectoria creativa profundamente heterogénea. Su actividad abarcó campos tan diversos como la arquitectura, el diseño de mobiliario, la escenografía, la decoración de interiores y el urbanismo, todos ellos abordados con una visión singular y vanguardista.
Dotado de una sensibilidad técnica y estética poco común, Mollino cultivó también intereses extracurriculares como la fotografía, el automovilismo y la aeronáutica, disciplinas en las que alcanzó un elevado grado de especialización. Esta amplitud de inquietudes se integró orgánicamente en su práctica proyectual, enriqueciendo su producción con una dimensión experimental y multidisciplinar.
Se le atribuye la célebre máxima "todo es permisible con tal de que sea fantástico", frase que resume con precisión el espíritu lúdico y transgresor que atravesó su obra. En sus diseños predomina la línea ondulante, reminiscente de formas naturales y biomórficas, y una constante voluntad de reinterpretar la tradición artesanal bajo una clave moderna y poética.
Durante la década de 1950, Mollino se consolidó como una de las figuras más emblemáticas del diseño italiano de posguerra, combinando sofisticación técnica con un fuerte componente expresivo. Entre sus realizaciones más relevantes se encuentra la Facultad de Arquitectura del Politécnico de Turín, considerada una de las síntesis más logradas de su pensamiento arquitectónico.