JEAN GREGORIEFF (Francia, 1931).
Mesa baja.
Cerámica esmaltada. Estructura metálica de inox.
Jean Gregorieff se erige como una figura imprescindible del arte y el diseño del siglo XX en Francia. Inició su carrera en 1947 en el mundo de la litografía, formándose en dibujo, pintura y escultura durante las noches mientras trabajaba en un taller de imprenta. En 1959, se trasladó a Vallauris, el centro cerámico de la Costa Azul que atrajo a artistas como Picasso, donde aprendió las técnicas del torno y la alfarería. Durante las décadas de los 60 y 70, su creatividad se diversificó, realizando frescos, muebles, decoraciones de piscinas y colaboraciones arquitectónicas. Sin embargo, su nombre está especialmente ligado a las mesas de centro que diseñó en colaboración con la prestigiosa firma Roche Bobois. Consideradas hoy auténticas joyas de colección, estas mesas marcaron un antes y un después al fusionar la artesanía con el diseño moderno. Se caracterizan por sus tableros de cerámica, compuestos por azulejos esmaltados y pintados a mano, y combinados con estructuras de acero cromado o madera.