Escuela italiana; “Grand Tour”, siglo XIX.
“Guerrero etrusco”.
Bronce.
Medidas: 84 x 28 x 26 cm.
Escultura realizada en bronce que representa a un guerrero etrusco, lo cual se deduce del tipo de armadura que porta. La pieza que se sustenta sobre una peana cilíndrica, muestra la figura de un hombre con la cadera levemente desplazada, adquiriendo la conocida curva praxitelica, lo que muestra así el interés y el conocimiento del autor por la estatuaria clásica. Un rasgo que se aprecia también en el tratamiento del resto de la anatomía del protagonista. La cultura etrusca, fue una de las más valoradas en la Antigüedad, debido a que estaba rodeada por un aura de misterio; incluso sus contemporáneos griegos se sentían intrigados por el repentino surgimiento de ese pueblo como potencia marítima y comercial, por ese pueblo antiguo que, según Dionisio de Halicarnaso, “no se asemeja a ningún otro en su idioma y costumbres”.
El término “Grand Tour”, que aparece por primera vez en la obra “El Voyage d’Italie” de Richard Lassels, fue el empleado para definir el largo viaje por Europa, especialmente por Italia, que realizaron habitualmente los jóvenes aristócratas británicos a partir del siglo XVII, pero sobre todo a lo largo del XVIII y XIX. El viaje tenía como objeto que los jóvenes conocieran el arte y la cultura principalmente de Francia y de Italia, admiraran de primera mano el arte clásico, aprendieran o mejoraran el conocimiento de idiomas y establecieran contactos y relaciones con las élites culturales y políticas de estos países. Los viajeros solían buscar piezas con las que iniciar sus propias colecciones artísticas, objetos para llevar de recuerdo a sus lugares de residencia. Por este motivo surgieron talleres especializados en la réplica de piezas romanas, tanto en bronce como en mármol, algunos de los cuales adquirieron gran reputación.