Escuela española del siglo XIII.
“San Roque”.
Talla en madera.
Medidas: 68 cm (+4 cm peana).
Imagen devocional española tallada en madera representando a San Roque, si bien no se conserva la parte inferior de la misma, en la que aparecerían el perro y las piernas del Santo. El santo aparece como lo suele representar el arte, con atuendo y vara de peregrino. Se alzaría el bajo del hábito para mostrar las marcas de la peste sobre su muslo.
San Roque es un santo del siglo XIV cuyas biografías, francesas o italianas, de carácter legendario, se remontan a finales del siglo XV. De hecho, puede decirse que es más conocido por la devoción popular que por la historia de su vida. Nació en Montpellier hacia 1350, quedando huérfano a muy temprana edad. Cuando murieron sus padres repartió la fortuna familiar entre los pobres y los hospitales, vistió hábito de peregrino y en 1367 se dirigió a Roma, donde permaneció tres años, hasta 1371. Al llegar a Acquapendente, en los Apeninos, encontró una ciudad devastada por la peste; se quedó, y se dedicó a asistir y animar a los enfermos, curándolos. Al regresar de su peregrinación, en Plasencia sintió los primeros síntomas de la enfermedad, por lo que se retiró a un bosque para morir en soledad y no contagiar a nadie. Según la leyenda, un perro lo alimentaba llevándole pan todos los días, y un ángel lo curaba. Restablecido, partió hacia Montpellier y allí nadie pudo reconocerlo, ni siquiera su tío. Fue denunciado como espía y encarcelado, y un día su carcelero lo halló muerto. En realidad habría muerto en Lombardía, hacia 1379. Esta leyenda es copiada en parte de la de San Alejo, quien regresó de los Santos Lugares para morir en Roma como mendigo anónimo, bajo la escalera de la casa paterna.