Escuela española de finales del siglo XIX.
“Inmaculada”.
Talla de madera policromada.
Conserva buena policromía.
Presenta rotura en las manos y algunos repintes.
Medidas: 43 x 19 x 13 cm.
Datada en el siglo XIX, la gran Inmaculada que nos ocupa queda determinada por la voluptuosidad y el movimiento de su manto, así como por la expresividad del gesto de su cuerpo y de su rostro. La virgen se representa de cuerpo entero, sobre un pedestal formado por una peana moldurada con nubes. María se presenta al espectador de un modo monumental y con una actitud activa que ha sido captada por el escultor a través de la expresión, con sus manos (hoy no conservadas) en actitud orante.