Escuela española del siglo XX.
“Cristo Crucificado con Maria a los pies de la Cruz”.
Madera tallada y policromada. La figura de la virgen es Cap i pota (solo la cabeza y las manos es madera). Vestido de seda. Orla de metal dorado).
Medidas: 106 x 50 x 30 cm.
La imagen de Cristo crucificado en una cruz latina de madera preside el grupo. La singularidad evidente de las figuras da lugar a una imagen que ahonda en la religiosidad del fiel a través de un acabado realista, y de singular belleza, que queda definida a través de un tratamiento técnico notable, que se aprecia en la calidad del plegado de las telas o la sutiliza de los rostros de los protagonistas, que a pesar de tender al realismo muestran cierta idealización. Normalmente desde el arte gótico, ampliándose el modelo hasta la época posterior en los conjuntos escultóricos referentes al calvario se suele representar la figura de Cristo Crucificado, la imagen de la Virgen normalmente en la zona derecha, y a san Juan en el lado izquierdo. Sin embargo, en esta representación escultórica se nos presenta la figura de Cristo en una cruz de tres clavos y a sus pies a la derecha la Virgen, únicamente. Ésta última figura es de la tipología “cap i pota” o figuras para vestir. Son figuras que se usaron a menudo en procesiones, en este caso se trata de una figura destinada a la devoción privada, dado su reducido tamaño. Las partes visibles se cubren con una fina capa de estuco y se policroman, mientras que el resto queda cubierto por ropas reales. Son imágenes que gustaron especialmente por su naturalismo, ya que al llevar vestidos auténticos se conseguía un grado mayor de realismo que con las simplemente talladas, que a menudo no tenían la calidad suficiente como para alcanzar ese grado de naturalismo, tan buscado en el arte religioso desde el barroco.