BERNARDÍ ROIG (Palma de Mallorca, 1965).
Sin título, ca. 2010.
Resina de poliéster, luz.
Escultura-instalación.
Medidas: 28 x 22 cm. (cabeza).
Estamos ante una pieza que forma parte de una de las series escultóricas más emblemáticas de Bernardí Roig: figuras de cuerpo entero o cabezas cuyo color blanco hace referencia a la ausencia (a la presencia fantasmal); y la luz de fluorescente como símbolo de la ceguera humana, de los déficits de la memoria histórica y de la crisis de la identidad colectiva. El rostro transmite unos rasgos realistas, casi naturalistas, dado que el autor siempre se basa en personas reales, en amigos que toma como modelos.
Bernardí Roig está considerado como uno de los artistas contemporáneos españoles más relevantes en el panorama internacional, tras haber expuesto en numerosas galerías, museos e instituciones de todo el mundo. Su producción acoge pintura, instalaciones, vídeo e incluso deriva ensayística. Ha sido galardonado con importantes premios como el Especial de la Fundació Pilar i Joan Miró, el Sotheby’s, el de la Bienal de Egipto en 2001 o el oficial de la XXI Bienal Internacional de Arte Gráfico de Eslovenia. Desde mediados de los años noventa, ha celebrado exposiciones individuales en destacadas galerías, museos y centros de arte como la Fundación Miró (1995), la sala Totem il Cannale de Venecia (1996), el Museo de Arte Contemporáneo y Diseño de San José en Costa Rica (1997), la Fundación Ludwig de La Habana (1999), el Museo Jacobo Borges de Venezuela (2000), el de Bellas Artes de Oviedo (2000), la galería Max Estrella de Madrid (2000), la Adriana Schmidt de Colonia (2000), la Claire Oliver de Nueva York (2002) o el Museo Ludwigsburg de Stuttgart (2002). También ha tomado parte en la Bienal de Venecia (2001), la de Egipto (2001) o en la feria Arco de Madrid. Actualmente está representado en las fundaciones AENA, Miró y La Caixa, el Museo Jacobo Borges y el Sofía Imber en Venezuela, el Ministerio de Cultura en Mallorca, el Museo Saikade de Japón, la Gille Collection de Bélgica, la Fundación Ludwig de Cuba y el Museo de Arte Contemporáneo de Costa Rica.