Escuela española de finales del siglo XVII-principios del XVIII.
"Pareja de ángeles".
En madera tallada y policromada, detalles dorados.
Peanas del siglo XIX.
Adjuntan certificado de autenticidad de Juan Ibars Sola.
Presentan desgaste y faltas.
Medidas: 90 x 120 x 55 cm. (figuras); 133 cm. (altura total con peana)
Pareja de ángeles de escuela barroca española. Son esculturas de bulto redondo que ostentan un trabajo de talla de elevada calidad. Los cuerpos están dotados de cierta condición etérea, a pesar de sus volúmenes rotundos. Ello se logra a través de la gracilidad de los gestos, de la finura de los dedos, del torneado de las piernas, y de la sutil torsión de los cuerpos. Las alas han sido labradas con atención al detalle. De los querúbicos semblantes emana serenidad. Los óvalos faciales se enmarcan por un cabello ondulado que dialoga con los drapeados de la túnicas, que se doblan de forma naturalista en el escote, en las mangas y las polainas. Cabe destacar el dinamismo comedido del conjunto. Las peanas en forma de columnas salomónicas decoradas con hojas de vid son posteriores, del siglo diecinueve, aunque su presencia refuerza la idea de movimiento ascendente.
El tratamiento anatómico, con su rotundidad formal atenuada por la gracilidad de los gestos, responde a la búsqueda barroca de vitalidad sin perder el sentido espiritual de la imagen. Esta tensión entre corporalidad y elevación es propia de escultores como Alonso Cano o Pedro de Mena, quienes lograron infundir un aire etéreo a figuras sólidamente estructuradas. La atención al detalle en las alas y en los rasgos faciales, así como el refinado trabajo de los pliegues, evidencia un dominio técnico que enlaza con la tradición sevillana y granadina, donde la talla policromada alcanzó cotas de excepcional calidad. En cuanto al dinamismo comedido de las figuras remite a la corriente clasicista del barroco, que se desarrolló en Andalucía, alejada del pathos y la teatralización más propias de los talleres vallisoletanos. Esta pareja de ángeles reflejan los valores fundamentales del barroco hispánico: naturalismo, dinamismo y una notable pericia técnica al servicio de la devoción.