Escuela italiana; finales del siglo XVII.
“San Juan Bautista”.
Mármol tallado.
Presenta faltas.
Medidas: 38 x 18 x 11 cm.
Nos hallamos ante una escultura tallada en mármol blanco, obra de la escuela italiana barroca, del siglo XVII, periodo en el que el arte italiano alcanzó una de sus cumbres expresivas en el contexto de la estética contrarreformista. La pieza, de tamaño posiblemente mayor al natural o a escala monumental, destaca de inmediato por su extraordinaria calidad artística, su virtuosismo técnico y su poderosa capacidad comunicativa.
La obra representa una figura sacra captada en un momento de intensa carga emocional. El escultor ha logrado congelar en el mármol una escena de movimiento contenido, donde la fluidez de los paños, y la inclinación del cuerpo se integran en una composición dinámica que guía la mirada del espectador a través de un recorrido visual ascendente, propio del barroco teatral y espiritual.
El tratamiento del mármol es de una maestría extraordinaria: las superficies pulidas del rostro y las manos contrastan con la textura quebrada y vibrante de los pliegues, creando un juego de luces y sombras que otorgan una cualidad casi pictórica al conjunto. Esta escultura no solo busca representar un cuerpo, sino revelar un estado del alma. La piel parece respirar, el gesto comunica emoción viva, y el mármol —frío por naturaleza— se convierte aquí en un medio de fervor y dramatismo.
La escuela italiana barroca, encabezada por figuras como Gian Lorenzo Bernini, redefinió la escultura occidental al fusionar lo arquitectónico, lo escenográfico y lo espiritual. Lejos de la serenidad del clasicismo renacentista, el arte barroco italiano abraza la teatralidad, la pasión religiosa y la ilusión sensorial. Estas esculturas eran concebidas no solo como obras autónomas, sino como elementos integrados en complejos programas decorativos dentro de iglesias, capillas y palacios, donde la escultura interactuaba con la arquitectura, la pintura y la luz natural para crear una experiencia inmersiva.