Escuela flamenca de la segunda mitad del siglo XV.
"Virgen con el niño".
Madera de nogal tallada.
Presenta grietas, algunas faltas y marcas de xilófagos inactivos.
Medidas: 128 x 43 x 23 cm.
Talla flamenca de acusado refinamiento técnico y profundo lirismo devocional. Responde a los cánones del gótico tardío en su vertiente septentrional, caracterizada por un minucioso detallismo, un naturalismo idealizado y una intensa carga emocional. La Virgen, representada como una joven de rostro ovalado, con frente alta y despejada, expresa una suave melancolía. Los párpados entrecerrados y los rasgos afinados responden al ideal de belleza transalpino del gótico internacional. Su cabello largo y ensortijado cae con elegancia sobre los hombros, en delicados mechones tratados con precisión escultórica. El manto de la Virgen se dispone en pliegues angulosos, profundos y quebrados, un recurso típico de la escultura flamenca del período que añade dinamismo a la composición y denota el virtuosismo del tallista. Bajo él, se adivina una falda plisada y un corpiño ceñido que enfatizan la verticalidad de la figura. Este tratamiento de los ropajes recuerda los modelos de escultores como Claus Sluter o los talleres de Bruselas y Malinas. El Niño Jesús introduce una nota de viveza y humanidad: su cuerpo infantil, de piernas torneadas con gracia, sugiere movimiento, como si se deslizara juguetonamente fuera de los brazos maternos. El gesto no solo dinamiza la escena, sino que aporta un contrapunto expresivo a la solemnidad de la madre. El Niño sostiene una manzana en su mano derecha, símbolo del pecado original, prefigurando su papel redentor en la historia de la salvación.