JOAN BROSSA (Barcelona, 1919 – 1998).
Sin título, 1975.
Cartón piedra, esmalte y metal sobre madera.
Firmado a mano.
Medidas: 24 x 37 x 31 cm.
El sombrero con llave de Joan Brossa es un interesante concepto dentro de su poesía visual. Es una forma de jugar con las palabras y la realidad, donde la llave, como elemento de acceso, se convierte en metáfora del lenguaje; el sombrero, como objeto de uso, en un espacio para la creación y la reflexión. En el contexto de Brossa, la "llave" no es solo un objeto físico, sino un símbolo de la apertura a la imaginación y la posibilidad de explorar diferentes realidades a través del lenguaje y la poesía visual.
Brossa fue un poeta para el que no existían distinciones de género (literario, escénico, visual, objetual...) Fue cofundador de “Dau al Set” junto a Ponç, Tàpies, Ciuxart y Tharrats, y a lo largo de su carrera recibió los premios Lletra d’Or, Ciudad de Barcelona, la Medalla Picasso de la UNESCO, el Nacional de Artes Plásticas, la Medalla de Oro al Mérito de Bellas Artes y el Nacional de Teatro de la Generalitat. Su poesía visual y sus carteles constituyen la parte de su obra más conocida, hasta el punto de que en este terreno Brossa llega a ser un referente mundial. A partir de los años setenta manipula los objetos para profundizar en su sentido, o bien para representar el concepto desnudo, a través de objetos y poemas cotidianos. De 1943 data su primer objeto, “Escorça”, verdadero “objet trouvé”. Y de 1951 es el primer objeto realizado expresamente, a partir de la asociación de dos realidades distantes (en este caso un martillo y una carta compuesta por otras dos). Pero es a partir de 1959 cuando el poeta intensifica sus investigaciones visuales con las “Suites de poesía visual”. Será a partir de la exposición en la Fundació Miró de Barcelona de 1986, “Joan Brossa o les paraules són les cosas”, y de la antológica en el Reina Sofía de 1991, cuando el poeta comience a ser reconocido en el país y en el mundo entero. Esto le permitió la realización de una serie de proyectos más complejos, que se tradujeron en instalaciones y en lo que denominó poemas corpóreos, o intervenciones en espacios urbanos.