Escuela alemana de la segunda mitad del siglo XVI.
“Piedad”, basada en un grabado de Domenicus Custos sobre un relieve de Guglielmo della Porta.
Relieve en madera dorada y policromada. Dentro de una urna.
Medidas: 78 x 56,5 x 10 cm.
Relieve devocional en madera tallada representando el tema de La Piedad. La imagen se basa en un grabado de Domenicus Custos sobre un relieve de Guglielmo della Porta, este último conservado en el Museo Metorpolitano de Arte. Destaca por el cuidado trabajo de la policromía con el manto y el nimbo de la Virgen en dorado. La iconografía de la Piedad surge de una evolución gradual de cinco siglos y, según Panofsky, deriva del tema del Threnos bizantino, la lamentación de la Virgen sobre el cuerpo muerto de Jesús, así como de la Virgen de la Humildad. Los primeros artistas que ven las posibilidades de este tema son los escultores alemanes, encontrándose el primer ejemplo conservado en la ciudad de Coburg, una pieza de hacia 1320. Con el paso del tiempo la iconografía irá extendiéndose por Europa, y ya en el siglo XVII, después de la Contrarreforma, se convirtió en uno de los temas más importantes de la pintura devocional. Se trata de una obra tallada en bulto redondo en madera, policromada que representa el tema de la Piedad: la Virgen sentada con Cristo muerto en su regazo, un tema de profundo dramatismo no sólo por el propio tema, sino también porque su composición evoca las imágenes de la Virgen con el Niño Jesús en su regazo. Iconográficamente, la Piedad es un tema muy repetido en la historia del arte, especialmente a partir del Renacimiento. Se trata de una imagen extraída de la Pasión, protagonizada por una doliente Virgen María que sostiene el cuerpo muerto de su hijo. De hecho, es una representación plástica del dolor de María ante la verdad de su hijo muerto, y de hecho de este tema derivarán las representaciones de la Dolorosa, en las que aparece únicamente la Virgen.