Relieve de Limoges, Francia, siglo XIX.
Bronce dorado y esmaltado.
Fondo forrado de tela.
Medidas: 18 x 8 x 1 cm.
Relieve decimonónico de Limoges representando a un Santo dentro de una hornacina con cresterías góticas. Motivos lobulados embellecen la estructura. El taller de Limoges aparece en el último cuarto del siglo XII, y prolonga su actividad hasta el siglo XIV. En el siglo XV volverá a florecer, ya con la nueva técnica del esmalte pintado. Será el taller de esmaltes más importante, por encima de Renania y Mosa, que desaparecen en el siglo XII y se dedicaban a la producción de placas sueltas por encargo, que luego se montaban sobre un objeto o se unían formando frontales de altar. Por el contrario, en Limoges se pone en marcha una producción de objetos, ya no sólo placas, decorados con esmaltes sobre todo para el ámbito religioso, pero también para el profano. Son piezas más baratas, con base de cobre, y muy vistosas por la decoración esmaltada, por lo que gozaron de un enorme e inmediato éxito en toda Europa. Limoges aparece además citado en los documentos, lo que nos indica que fue un centro trascendente y conocido por toda la Europa occidental.