Escuela flamenca del siglo XIX, siguiendo modelos hacia 1500.
"El Sermón de la montaña" y "Jesús entre los doctores".
Relieves en madera de roble.
Medidas: 47 x 49 x 5 cm.
El Sermón de la Montaña, recogido en los capítulos 5 al 7 del Evangelio de Mateo, es uno de los textos fundamentales del cristianismo. Jesús, dirigiéndose a una multitud desde una colina cerca del Mar de Galilea, presenta una síntesis de su mensaje ético y espiritual. Este sermón incluye las Bienaventuranzas, donde se proclaman bendiciones a los pobres de espíritu, los mansos y los que buscan justicia, subvirtiendo las nociones tradicionales de felicidad y éxito. Además, Jesús redefine la Ley mosaica, enfatizando una justicia interior que trasciende la mera observancia externa. Enseña sobre el amor al enemigo, la importancia de la humildad en la oración, y presenta el Padrenuestro como modelo de comunión con Dios. También destaca la Regla de oro como principio ético universal: tratar a los demás como uno desea ser tratado. El Sermón de la Montaña ha encontrado un eco especial en la pintura, un medio que ha capturado su esencia y transmitido su mensaje a lo largo de los siglos.
El tema de Jesús ante los doctores se basa en un pasaje del Evangelio de Lucas, donde se relata la presencia del joven Jesús entre los teólogos o doctores de la Ley mosaica. El texto narra que Jesús, contando doce años de edad, se perdió en Jerusalén, donde había acudido con sus padres con ocasión de la Pascua Judía. Se dirigió entonces al Templo, donde pasó largo tiempo escuchando y preguntando a los doctores, quienes quedaron asombrados ante sus conocimientos teológicos. María y José tardarán tres días en encontrarlo y, al hacerlo, María expresa su preocupación y Jesús le contesta con estas palabras: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que debía estar en las cosas de mi Padre?”. Se trata del último de los relatos de la infancia de Jesús, y la única vez en que no se muestra obediente a sus padres. En la interpretación católica, estos tres días que Jesús permanece separado de María se toman como un signo de la futura Redención a través del sacrificio en la cruz.