Escuela italiana, ca. 1700.
Versión libre del "Alejandro moribundo".
Busto de mármol tallado.
Peana de mármol posterior.
Presenta restauraciones: tocado, punta de la nariz, lóbulo de la oreja, pezón.
Medidas: 27 x 20 x 13 cm.; 11 x 12,5 x 12,5 cm.(peana).
Esta versión libre del "Alejandro moribundo", realizado a mediados del siglo XVIII en talleres italianos, constituye una reelaboración singular y expresiva de un célebre motivo helenístico: el retrato agónico del conquistador macedonio en su lecho de muerte. Ejecutado en mármol tallado con notable virtuosismo, este busto de pequeño formato, probablemente concebido como pieza de gabinete, retoma un modelo clásico con libertad interpretativa, distanciándose de la idealización canónica para enfatizar una honda humanidad.
Ubicado estilísticamente entre el tardobarroco y el incipiente neoclasicismo, este busto refleja la sensibilidad del siglo XVIII hacia lo heroico y lo humano. El semblante, lejos de la serenidad idealizada de los modelos clásicos, presenta un pathos propio de la época: los labios entreabiertos dejan ver no sólo la línea de los dientes superiores, como en el original, sino también la lengua insinuada en el interior de la boca, una adición anatómica que intensifica el realismo. Retoma del modelo helenístico la composición serpentina, aunque ladeando la cabeza hacia el lado opuesto. Los ojos, tallados con precisión, miran hacia lo alto, emulando el rapto heroico de Alejandro, aunque las facciones son más retratísticas y veraces. El cabello largo y ondulado, recogido por detrás, difiere también del canon clásico que lo presentaba en mechones sueltos y tirabuzones animados alrededor del rostro. El ceño se frunce con tensión, como en el original, imprimiendo al rostro una concentración doliente. El mármol está trabajado con habilidad, especialmente en el modelado del rostro y el tratamiento del cabello. Ubicado estilísticamente entre el tardobarroco y el incipiente neoclasicismo, este busto refleja la sensibilidad del siglo XVIII hacia lo heroico y lo humano.
El llamado "Alessandro morente", descubierto en Roma a comienzos del siglo XVI y conservado en la Galeria degli Uffizi (Florencia), se atribuyó originalmente a Lisipo pero con el tiempo la atribución se puso en duda. Fue de enorme influencia durante el Cinquecento y el Barroco. La mirada al cielo y el movimiento espiral ascendente (la llamada serpentinata o "curva de la belleza") se imitaron repetidamente: el Esclavo moribundo de Miguel Ángel, el Apolo del Parnaso de Rafael, la Asunción de la Virgen de Tiziano y otros ejemplos en Guido Reni, Domenichino o Bernini, hasta convertirse en un arquetipo para las representaciones de santos martirizados y madonnas extasiadas.