Escuela italiana; siglo XVII.
“El martirio de San Esteban”.
Bronce dorado.
Medidas: 15,5 x 20,5 cm.
En esta obra se representa el martirio de san Esteban, su lapidación por parte de los judíos. El diácono Esteban fue el primer mártir de la fe cristiana. Fue lapidado por los judíos, quienes le acusaban de blasfemar contra Moisés. Según un manuscrito del siglo X dedicado a su biografía, el día en que nació fue arrebatado por Satanás, que lo sustituyó en su cuna por un pequeño demonio. Luego dejó al niño fajado a la puerta de un obispo llamado Julión, quien descubrió al niño siendo amamantado por una cierva blanca y lo adoptó. Algún tiempo después Esteban regresó a la casa paterna, y con el signo la cruz expulsó al demonio que ocupaba su lugar. Ordenado diácono por los apóstoles, discutió con los retóricos judíos, que lo hicieron detener y condenar por blasfemia a morir lapidado.
Debido a las dimensiones de la pieza, es probable que esta se concibiese para la devoción privada. Está trabajada con la técnica del “schiacciato”, un sistema de modelado en el relieve escultórico utilizado por los romanos y perfeccionado en el siglo XV por Donatello, que consiste en disminuir proporcionalmente el bulto del relieve en función de la profundidad que se quiere representar. Esta técnica escultórica permite realizar un bajorrelieve con una variación mínima (a veces se habla de milímetros) respecto al fondo. Para dar al espectador la ilusión de profundidad, la gradual disminución de la profundidad del espesor se complementa con la aplicación rigurosa de las leyes de la perspectiva, que potencia el efecto visual.