Escuela española; posiblemente Granada, finales del siglo XVII.
“San Sebastián”.
Madera tallada y policromada.
Presenta faltas y marco del siglo XIX.
Medidas: 76 x 46 x 6 cm.
En este relieve se representa a san Sebastián atado al árbol, aunque todavía no han sido clavadas las fechas sobre su cuerpo. De aspecto joven y atlético, como en normal en la representación de San Sebastián, alza su mirada al cielo, aceptando su martirio con serenidad y fe, esperando ser coronado por un ángel que parte de un rompimiento de gloria y que se dirige al santo. Como es corriente dentro de la imaginería española, la escena se ha plasmado con gran dramatismo a través de la postura del santo, cuyo cuerpo se pliega en un exacerbado escorzo. Existe una gran influencia clásica en la concepción de esta obra, ejemplo de ello es el modo en el que ha sido concebido el cuerpo de San Sebastián, que posee una cierta exageración de las formas.
Estilísticamente, resulta clara la fuerte influencia en la presente obra de modelos del Barroco del siglo XVII de escuela granadina, y no sólo en la iconografía, sino también en el modelo escogido como influencia para la misma, en la decoración de los ropajes, en el colorido, en los rasgos del rostro, etc. La escuela granadina, que parte de la una fuerte influencia de la época renacentista, contó con grandes figuras como Pablo de Rojas, Juan Martínez Montañés (que se formó en la ciudad con el anterior), Alonso de Mena, Alonso Cano, Pedro de Mena, Bernardo de Mora, Pedro Roldán, Torcuato Ruiz del Peral, etc. En general, la escuela no descuida la belleza de las imágenes y también sigue el naturalismo, como es habitual en la época, pero siempre destacaría más lo intimista y el recogimiento en unas imágenes delicadas que serían algo similares al resto de escuelas andaluzas en otra serie de detalles pero que no suelen contar con la monumentalidad de las sevillanas. La obra se puede inscribir, en concreto, en el círculo estilístico del taller de los Mora, (José y Diego). Uno de los talleres más importantes de Granada en el siglo XVII. El legado artístico de esta familia de imagineros, que abarcó desde el último tercio del siglo XVII hasta la segunda mitad del XVIII, supuso un hito dentro de la escuela granadina. Influenciado por el quehacer tanto de Alonso Cano como de Pedro de Mena, influjo que le llevó a crear un estilo muy personal y característico.