AGUSTÍN CÁRDENAS ALFONSO (Cuba, 1927 – 2001).
Sin título.
Madera de caoba y metal. Base de yeso. Pieza única.
Adjunta certificado de autenticidad expedido por Livia Cárdenas, mujer del artista.
Firmada en la zona inferior.
Medidas: 87 x 31 x 60 cm.
Esta obra pertenece a la etapa del artista donde destacó por su experimentación estética con la madera, utilizada como soporte y material único de sus obras. Sin embargo, esta obra presenta una excepcionalidad fundamentada en la presencia del metal, que envuelve la estructura de madera de un modo liviano y sutil, ejerciendo un juego de volúmenes basados en el espacio vacío que conviven con la rotundidad volumétrica de la madera. De hecho, es un recurso que utilizó en contadas ocasiones como por ejemplo en la escultura titulada Jucambe, 1950-59. La obra se define a través de formas que fluctúan entre lo figurativo y lo abstracto, definidas a través de un conjunto de líneas sinuosas y orgánicas que, al contemplar la escultura, invitan a pensar en dos a amantes que se funden entre sí. La técnica del trabajo de la talla evidencia la armonía que genera el artista, entre la materia y el espacio. Dando como resultado una obra evocadora, que introduce al espectador en un mundo de insinuaciones, matices y profundidad conceptual. No es de extrañar que, a este tipo de obras, que definieron la producción artística de Cárdenas, fuesen denominadas “Formas del silencio”, título que ostento la muestra del artista, que se realizó en el Centro Wilfredo Lam, de la Habana.
Pintor y escultor, Cárdenas se formó en la Escuela Nacional de Bellas Artes de San Alejandro, en La Habana, entre 1943 y 1949, donde estudió bajo las directrices del artista Juan José Sicre, quien le acerco a las obras de grandes escultores como Jean Arp, Henry Moore y Brancusi, lo cual supuso una gran influencia en el desarrollo de su obra posterior. Cárdenas fue miembro de la Asociación de Grabadores de Cuba (1951-55) y del grupo Los Once (1953-55). En 1955 obtuvo una beca para estudiar en París, ciudad donde tendrá lugar su etapa más creativa, consolidándole como figura internacional. En 1957 se integró en el movimiento surrealista parisino, y en 1965 es galardonado con el premio de la Bienal de París. Como escultor, su obra se divide en tres etapas, definidas por el material que utiliza en cada una de ellas: madera primero, luego mármol, granito y basalto, y finalmente bronce. Su pintura guarda una gran relación con su trabajo escultórico, también presentando cuerpos dinámicos que aparentan estar en constante cambio, de formas fluidas y sintetizadas. Cárdenas expuso su obra tanto en Cuba como en los Estados Unidos, Francia, Italia y Corea del Sur, y participó en múltiples exposiciones colectivas, como la Bienal Internacional de Tokio en 1965. Entre sus premios destaca el Nacional de Artes Plásticas de Cuba (1955), aunque también ha sido galardonado con varias medallas en los salones de bellas artes cubanos, y en 1976 obtuvo el premio de la Bienal de Fujisankey (Japón) y fue nombrado caballero de la Orden Nacional de las Artes y las Letras de Francia. Cárdenas está representado en el CNAC de París, el Hakone Art Museum (Japón), el Nacional de Bellas Artes de Cuba, los Museos de Arte Contemporáneo de Argel y Montreal, el de Arte Moderno de Tel Aviv y el de Bellas Artes de Caracas.