ANTOINE-LOUIS BARYE (1796-1875).
“Caballo turco”, c. 1880.
Bronce con patina verde.
Fundición BARBEDIENNE.
Firmado.
Medidas: 18,5 x 19,1 x 7,6 cm.
Escultura de bulto redondo que representa a un caballo. Existe un modelo similar reproducido en "The Barye Bronzes", Stuart Pivar, Inglaterra, 1974, pág. 206. Las obras de Barye estuvieron influenciadas por sus minuciosas observaciones de los animales en el Jardín de las Plantas de París.
En el panorama artístico del siglo XIX, Antoine-Louis Barye se erigió como una figura prominente, destacándose por su excepcional talento en la escultura animalista. Su dominio en la representación de animales lo convirtió en uno de los escultores más solicitados de su época. Aunque es reconocido por sus representaciones de animales, su obra abarcó una gama más amplia de temas, como la mitología.
Inició su formación junto a su padre, orfebre, y posteriormente la amplió con los maestros François Joseph Bosio y Antoine-Jean Gros, en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París, donde ingresó en 1818. Tuvo su propia fundición, colaboró con Viollet-le-Duc en un proyecto encargado por Napoleón III y fue maestro de Auguste Rodin.
Un ejemplo notable de su incursión en temas mitológicos es su interpretación del mito de Teseo, al cual recurrió en dos ocasiones distintas. Una de estas obras representa el famoso enfrentamiento entre Teseo, hijo de Egeo, y el Minotauro en el laberinto de Creta. En 1843, presentó esta obra en el Salón del Louvre; sin embargo, la obra fue rechazada por el jurado