HENRI-ALFRED JACQUEMART (París, 1824-1896).
“Cebú y Pitón”.
Bronce con patina verde.
Medidas: 32,5 x 38,2 cm.
Escultura en bronce que se observa representa una dramática escena de lucha entre un cebú y una pitón, obra del escultor francés Henri-Alfred Jacquemart. La composición destaca por su intensa expresividad, dinamismo y detallado realismo anatómico, característicos del arte animalier del siglo XIX.
El cebú, una especie de bovino reconocible por su joroba prominente, se muestra en una postura de desesperada resistencia. Sus patas se tensan, el cuerpo se arquea con violencia, y la cabeza, alzada hacia atrás, transmite un poderoso gesto de angustia y esfuerzo. En contraste, la pitón se enrosca con firmeza alrededor del animal, desplegando una fuerza silenciosa pero letal. Su cuerpo musculoso y escamado se adhiere al torso del cebú, marcando con precisión los volúmenes y texturas de ambos animales.
La base de la escultura, también modelada en bronce, simula un terreno rocoso y contribuye a enmarcar la escena con una sensación de tensión y naturalismo. El bronce patinado refuerza los contrastes de luces y sombras, dotando a la obra de una viveza escultórica que capta el instante culminante del enfrentamiento entre presa y depredador.
Henri-Alfred Jacquemart fue un escultor francés que se distinguió por su escultura animal. Estudió escultura desde 1845 en la École des Beaux-Arts de París. Presentó obras regularmente en el Salón entre 1847 y 1879. Viajó a Egipto y Turquía, países que se convertirían en su fuente de inspiración. Fue uno de los escultores que, junto con otros como Pierre-Louis Rouillard, Pierre-Jules Mêne y, especialmente, Antoine-Louis Barye, aprovechó el nuevo entusiasmo de la burguesía por las esculturas de muebles, en particular las de animales, en la segunda mitad del siglo XIX, y el espectacular desarrollo de este mercado, impulsado por las numerosas fundiciones de arte que alcanzaron su máximo auge en Francia en aquella época.